Cuando un perfume adquiere la condición de – perfumes descatalogados – alguna persona en algún lugar del mundo siente una pequeña traición a su fidelidad por una fragancia y entra en otro mundo para seguir disfrutando de ese perfume: El mundo del perfume descatalogado.
No he entendido nunca el motivo real que lleva a una marca o distribuidor a colocar la categoría de descatalogado a un perfume determinado, no suelen darse muchas explicaciones de ello, la más recurrente podría ser que ya no tiene público y su producción deja de ser rentable. Pero en muchos casos eso no es así, aún se venden bien y tienen sus clientes fieles.
Perfumes descatalogados
El precio de la fidelidad
Tristemente algunos perfumes se dejan de fabricar porque la fluctuación o alteración en el mercado de alguna de sus materias primas y lo hace inviable en los momentos actuales, es creíble, aunque sigo sin darle mucho crédito a este hecho.
Solemos ser las mujeres las más perjudicadas con este fenómeno, ya que solemos ser más fieles o enamoradizas a un determinado perfume o fragancia. Si te fijas, casi totalidad de los perfumes descatalogados son fragancias femeninas.
Hemos consultado a nuestros amigo de perfumand.es,ya que de alguna forma se preocupa de este hecho y aun mantiene en su catálogo muchos perfumes descatalogados, pero tampoco ha sabido confirmarnos los motivos reales. Hay muchos motivos contrastados. Puede ser que el perfume haya sido actualizado hacia nuevas tendencias o matices y hay casos en el que algunos perfumes provocaron alguna reacción alérgica y por este hecho tuvieron que retirarlos. En fin, si tu perfume cumple alguno de estos dos requisitos poco puedes hacer.
Buenos motivos podremos encontrar si profundizamos, seguro, pero que a muchas nos dejan con sensación de indefensión al ver como nuestro perfume preferido entra en la categoría de descatalogados. Aun así agradecemos su solidaridad y esfuerzo en su seccion de descatalogados al mantener en su catalogo la mayor variedad posible y tenerlos disponibles en caso de demanda.
